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¿Y el Museo de la Nación?
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Área de Derecho Constitucional

Última actualización: 15 - 12 - 2014

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No hace mucho fuimos sorprendidos por la noticia que el Museo de la Nación. que atendía en el mismo edificio en que funcionaba el Ministerio de Cultura, había cesado de atender al público, que había clausurado sus salas de exposición y que ¡Oh sorpresa! sería reemplazado próximamente en un nuevo local a construirse en Pachacámac.
 
Es decir, se estaba desmantelando un santo, para vestir a uno nuevo en el territorio de la antigua y venerada y sacralizada ciudad del antiguo Perú (Irma, Ischma); para coronarla con un edificio construido de acuerdo a los gustos de estos tiempos, lejos de la ciudad capital del país, donde –seguramente-, no deberían conservarse los testimonios de la historia milenaria y  brillante historia de los nativos indígenas.
 
De otro lado se trata también, de construir un monumento a la capacidad de ingenieros y arquitectos, adecuados alas nuevas tendencias y en abierto contraste con los testimonios arquitectónicos de la antigua ciudad. Debemos concluir de lo anterior, en un examen detallista y puntiforme, que en el Perú hay un espíritu intelectual vacío, pues pareciera que no existen universidades ni Colegios Profesionales, a los que se pueda dirigir un pedido de aporte para aclarar, modificar  o desechar un proyecto de esta envergadura, por el conjunto de “especialistas” que dirigen hoy el Ministerio de Cultura. 
 
¿Podrá alguien aclararnos porqué se extraen los especímenes cargados de significado y belleza, del local donde se encontraban conservados hasta hace poco? Las respuestas pueden ser muchas, pero sobresale la necesidad de una placa recordatoria, que señale que estamos ante una obra del gobernante de turno, puede entonces ser sublime sobonería de gente sin prestigio propio. que pudiera respaldar con su trayectoria, la obra nueva, y claro, entonces no importa poner en peligro las obras historiadas, colocándolas en ambientes nada propicios para su conservación, con presencia permanente de la humedad y la salinidad marinas, a pocos metros de la línea de playa. Pero ¿acaso, eso importa?
 
La obra el Museo Nacional de Antropología y Arqueología, era un hermoso proyecto del Dr. Julio C. Tello Rojas, que recibió un primer aporto de un antiguo predio ocupado un tiempo por un antiguo templo de monjas, en Pueblo Libre, abandonado ya, que Francisco Fabio Brenner logró que se donase para tal fin.
 
El proyecto fue completado con las ideas de  J.C.Tello y el apoyo de Víctor Raúl Haya de la Torre, quien consiguió que la familia Luna Iglesias donase el predio ubicado al borde del río Magdalena, donde hoy se ubican los talleres y depósitos del Museo Nacional de Antropología y Arqueología, y que constituyen herencia testamentaria para un único fin la construcción del gran Museo de Antropología y Arqueología, en uno de cuyos patios se ubica la tumba del Padre de la Arqueología Peruana, el Dr. Julio C. Tello Rojas, según el proyecto aprobado.
     
Francisco E. Iriarte Brenner
Jefe de la División de Patrimonio Cultural
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